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Las madrugadas y yo venimos siendo aliadas.
Hoy el cielo a roto aguas, diluvia.
Ya no fumo, es el segundo vicio que abandono este año.
Intento escribir aunque últimamente estoy falta de tacto.
Muchas cosas se han ordenado ya, armarios, caminos
Yo, en cambio, me encuentro entre un cajón y el suelo.
Han quedado muy atrás las peores vivencias
Aunque se que no he echo del todo limpio.
El tiempo que dicen es sabio ó, que si acaso,
Pone todo en su lugar, a mi se me antoja etéreo
Quizás será que obvié cada heridita que iba abriéndose
Y ahora me encuentro la piel en carne viva
Escuece, escuecen. Recordar aún sin querer
Los momentos, los pasillos, la cama, los vacios.
Las ausencias, el desamor, el dolor ajeno, que se yo
Escuece, escuecen. Aunque no quiera, aunque diga que no.
Las madrugadas son un pretexto como otro cualquiera
Disfrutar del silencio sin interrupciones
Saborear un café bien cargado y pensar
Intentar pensar como sanar sin ocasionar daños colaterales.
Soy otra, un yo interno inquebrantable eso creo,
Diferente de hace años, guardando la emotividad,
Intentando querer de igual manera, todo por lo que sea
Que sea todo y me quieran a su manera.
Muchas cosas han sucedido y no he sido consciente
Personas nuevas, marvillosas,
Personas diferentes, preciosas,
Aunque se que no les presté su merecida atención.
Aprenderé a quererme, a verme y reconocerme
Ya con las heridas cicatrizadas
Aprenderé a ver a esas personas y mujeres
Y podré así quererlas, verlas y reconocerlas
Adiós, pasado, ciao dolor, bye bye recuerdos
Dejé el sexo (de momento...)
Ayer el tabaco (definitivamente)
Ahora toca abandonar lo que ya no.
Bailar de nuevo
Soñar otra vez
Querer y, si sucede...
Ser querida, por que no?
