Rodeada siempre de
Mujeres
Poderosas
Grandiosas
Luchadoras
Valientes
Aprendiendo a cada instante
Enamorándome de algunas,
Diría que, en cierta manera, de todas.
Admiro cada una de sus cualidades
La superación
En un mundo rudo
Una sociedad aún masculinizada.
Observadora de sus vidas
Plenas. Caóticas.
Sencillamente vidas regaladas
Entregadas a otros. Desprendidas
Mujeres lánguidas
Bonitas en alma. Guapas en curvas
Con almas inmensas atrapadas
Voces amputadas. Ideas capadas
De una amo la superación
Romper con los miedos.
Adaptarse al dolor físico
Al mal mayor de este siglo.
Encontrar el equilibrio y seguir y seguir y ya no detenerse
De la otra adoro la contención
Reencontrarse. Buscarse. Intentar ser.
Reinventar cada mañana una vida propia
En busca de no ser para nadie ni nadie
Para Ser por fin Ella. Una mujer. No la mujer de.
De la otra admiro su presencia
Las curvas. La mirada encontrando la luz.
La sabiduría de la experiencia. No siempre buenas experiencias.
Camuflado un cansancio. Levantándose. Plantando cara.
Avida de un amor que la valore. Que la cuide.
De la otra diría que hasta envidio su juventud
Esa arrogancia que me recuerda a mi hace veinte años.
Superviviente en otro país.
Sola en su espacio. Sola en sus noches.
Cuidandose sola a pesar de estar rodeada.
Mujeres que hacen de mi, en mi
Sacudidas.
Con sus luchas. Una mujer ignorante aún.
Con mucho por aprender.
Otro mucho por vivir.
Mujeres que me prendan.
Que las quiero cerca. Para mamar de ellas su experiencia
Para crecer. Para creer que no somos el sexo débil.
Para aumentar más mi capacidad de amar altruistamente.
Gracias cada una de ellas.
A las charlas con ellas
A las risas.
A las terapias conjuntas
A vomitar conmigo y yo con ellas nuestros fracasos
Y compartir nuestras victorias.
Gracias a ellas
Y al amor que producen en mi.
Que me hacen más humana
Que cada día me enamoran
Gracias
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