Indiferencia

La indiferencia es un lúgubre lugar al que te deportan aquellos que en su día se llenaron la boca diciendo que eras irremplazable.
La indiferencia es un destino no escogido sin billete de retorno.
La indiferencia es la sensación amarga de saberse desterrado.
La indiferencia es una moneda de curso ilegal que va de bolsillo en bolsillo y todos en algún  momento la utilizamos para pagar el desamor.
La indiferencia no es más que importarle tanto a alguién como se importa él mismo, bien poco.
La indiferencia es caprichosa, hoy te hunde mañana te lanza a un nuevo destino.
La indiferencia podría ser un juego, pero hay que ser sabedor que en el juego a veces se gana y otras no.
La indiferencia existe por qué existió el amor, el más grande de los amores.
La indiferencia es circular, tu la das pero das vueltas y llegas al mismo lugar, ninguno.
La indiferencia es peligrosa cuando buscas notoriedad y la otra persona se aleja aún más.
La indiferencia de hoy se convierte en distancia, cuanta más das, más metros se distancian de ti.
La indiferencia sería no estar escribiendo esto y ser indiferente, estar inerte, pero yo me siento viva y no uso la indiferencia.
La indeferencia es y está. Pero la indiferencia no sirve para olvidar y casi siempre tiene más presente a quién se la quieras mostrar.
La indiferencia y yo nos empezamos a llevar bien, por qué no?

Dia 22
Diario de una mujer a la que nada le resulta indiferente pero bebió de la indiferencia.